「Sólo hay 200 piezas」La no.2 es el asidero sobre una reflexión específica: La tierra es territorio. Para este número sobre la dialéctica del cuerpo y el territorio, presentamos dos textos sobre la figuración de Hyakushō, en uno, Aoki Shimpei propone la lógica del mito y en el otro Andrés Camacho hace una breve recapitulación histórica del Hyakushō. Están los cuentos de Aoki Miako, "Noche de sake a la luz de la luna", y Andrés Camacho, "Himiko", historias que por topografía existencial solo pueden suceder en la montaña. En la no.2 aparecen los afamados fotógrafos de Higashiyoshino, Nishioka Kiyoshi, con un arrojo a las complejidades del cosmos y la montaña, y Fukui Takahisa, develando las entrañas de la montaña donde nació. También, tenemos la suerte de contar por primera vez con Masuda Yuya y su serie hecha a partir del regreso a su natal Yamazoe, e Imagawa Eri, con unas fotografías tomadas en la siete veces heroica Yamato-Saidaiji. Desde México, hay dos mujeres que colaboran por primera vez con la Tokidoki, en Teotitlán del Valle, Oaxaca, Luvia Lazo, alta fotógrafa, y desde Hueyapan, Puebla, Liliana Filomeno, sagaz con las técnicas del teñido y el tojmipayoj, quien documentó las sensaciones de vestir el territorio mismo. Así mismo, tenemos el regocijo de tener una vez más la reflexión fotográfica de Casandra Casasola sobre el cuerpo y la tierra.
   En este segundo número, la tierra, pues, se aparece como un territorio de sensaciones, un lugar con experiencias propias, memorias comunes y un lenguaje comunitario donde asir la lógica con la que sueñan sus habitantes.